Enojarse simplemente no va conmigo.
Soy una persona que con el tiempo ha aprendido a darle verdadera importancia a las cosas que realmente lo valen. Si no es de ese modo, filo, no me complico... ¿Para qué?
Ok. Sí, lo reconozco soy una mujer realmente picada -lo que no incluye enojo- y siempre, siempre intento vengarme. Pero no así maliciosamente ni en la mala onda, no para nada. Siempre intento que la cosa de la venganza funcione como un chiste. La idea es -no sé- con alguna broma chistosa o con un tono de pesadita cuando me enfrento a la otra persona.
Tampoco me causan enojo las bromas pesadas. Con esas solamente me pico más, pero la mayoría de las veces termino riéndome a full.
Ley de vida: no a la enojación. Todo es conversable o sometible a alguna venganza.
Excepción: En mi vida hay dos personas que siempre son y van a ser capaces de hacerme enojar.
¿Quienes? Mi papá y mi hermano.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario